Debate presidencial en México

12 de mayo de 2012

Por Orlando Mora

Mientras la derechista Josefina Vázquez Mota se hundió, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador aprovechó el primer debate y puede escalar a la segunda posición.

Enrique Peña, Josefina Vázquez, Gabriel Quadri y Andrés Manuel López.

Josefina, hundida por Peña Nieto

El pasado 6 de mayo se realizó el primer debate entre los candidatos que aspiran a convertirse en el próximo presidente de México. Dos horas duró el encuentro entre la candidata de derecha, Josefina Vázquez Mota, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, el candidato postulado por el partido de los maestros, Gabriel Quadri de la Torre, y el aspirante del partido de centro, que lidera las encuestas con alrededor del 50% de intención de votos, Enrique Peña Nieto.

Era la gran oportunidad de Josefina de escalar lugares, alejarse de Andrés Manuel y acercarse a Peña Nieto. Ella tuvo un buen inicio. No tardó mucho en disparar sus balas contra Nieto, pero allí empezó la debacle. Lo que debió ser la masacre de Enrique se convirtió en la noche del Titanic para Vázquez Mota. Ella se mostró demasiado tibia, muy suave y sin fuerza argumental. No supo utilizar a favor suyo los hechos innegables de que, como gobernador, Peña Nieto dejó al estado de México entre los más corruptos y con las tasas más altas de feminicidios, robos y secuestros a nivel nacional. Ni siquiera el caso de la niña Paulette pudo articularlo correctamente. Fue penoso ver cómo Josefina jamás supo confrontar a Peña Nieto, mientras se hundía en sus propias aguas. 

No solo fue fácil para Peña Nieto defenderse, sino, ¡oh sorpresa!, el candidato que no recuerda sus tres libros favoritos fue capaz de contraatacar y asestó un mortal golpe del que Vázquez Mota jamás se levantó: le recordó a Josefina sus inasistencias a las sesiones del Congreso cuando fue diputada.

Josefina quiso dar muestras de vida y lanzó un discurso al estilo de I have a dream: “sí, sí soy diferente, porque he tenido una trayectoria de honestidad y puedo verlos a los ojos”. Ese fue el eslogan de Obrador hace seis años, la honestidad valiente. Solo le faltó decir soy diferente porque soy mujer. Caramba, pues si hasta los mismos gemelos son diferentes. El colmo de sus males fue lucir su honestidad, pues mientras que en un spot su partido decía que durante su gestión como secretaria de desarrollo social se colocaron 2 millones de pisos, en otro spot, ella decía que eran 3 millones, cuando la cifra oficial es de tan solo 300 mil pisos.

Para rematar, Peña Nieto invitó a Josefina revisar juntos los compromisos que él cumplió como gobernador, a lo que Josefina terminó por ahogarse, diciendo “eso es lo que no quiero para México, alguien que pida que se le venga a revisar la tarea”, pues exactamente eso ha hecho su partido, al señalar varios compromisos incumplidos de Peña como gobernador. En un país aquejado duramente por la corrupción, desde luego que necesitamos y exigimos revisar la tarea de los gobernantes. Hasta López Obrador dijo, en caso de ganar la elección, realizar una encuesta cada dos años para que la gente evaluara su gestión y decidiera si continuara o no en el cargo.

Josefina, en su última intervención en el debate, invitó a los electores a escoger entre el México de paz de ahora o el México de la corrupción. ¿Se puede llamar paz vivir en medio de una brutal guerra antinarco, emprendida por su partido, que ha enlutado a por lo menos 60 mil familias en los últimos cinco años, sin ningún indicio de que el gobierno vaya ganando, y dejando, además, una imagen negativa del país en el ámbito internacional?

Y el candidato puntero no desaprovechó la ocasión y remató por última vez: “Josefina, si no quieres revisar la tarea, no la califiques”.

La farsa llamada Quadri

Aunque técnicamente fue el más brillante por su elocuente retórica, Quadri no pasa de ser un mero farsante, que se autoproclama candidato ciudadano, cuando en realidad él representa los intereses de una de las peores políticas de este país, que ha impedido el desarrollo en materia educativa. Gabriel Quadri es un títere de Elba Esther Gordillo, la presidenta del sindicato de maestros de México, el más poderoso de América Latina. Asombra que un personaje inteligente, con doctorado, se preste a semejante juego. Más de uno quedó impresionado con Quadri. Pero él no va a ganar. Por eso ninguno de los otros tres candidatos debatió con él. Votar por Quadri es seguir manteniendo con vida al partido parásito del sindicato de maestros.

Tal parece que habiendo terminado el festival de rock de Avándaro en 1971, Quadri se subió a una combi. Desde entonces ha estado viajando por los desiertos y valles de todo el país. Por eso es que ahora, en plena campaña electoral, la combi luce muy maltratada y desgastada. Tantos viajes hacen mella y también pueden inducir alucinaciones. En su más reciente spot, Quadri se compara con Albert Einstein, Martin Luther King, dos íconos mundiales, y con Emiliano Zapata, un legendario líder social mexicano. La comparación es netamente propagandística… hace un par de días lo descubrieron bajándose de un coche blindado y subiéndose a su combi, una calle antes de llegar a uno de sus eventos. 

Obrador derrota a Peña Nieto

Mientras Josefina se hundía, Obrador empezó a emerger. El debate terminó por convertirse en una guerra de dos. 

Peña Nieto mostró destellos de sus dotes oratorios, en frases como “no se ha aplicado para aplicar la justicia”. ¿Aplicado para aplicar? “Suele recurrir, y no de manera franca, a la mentira de manera reiterada”. ¿Alguna vez la mentira es franca? “Para que a ti te pueda llegar tu recibo de consumo de energía eléctrica de menor tarifa y de menor precio”. ¿Acaso menor tarifa y menor precio no son lo mismo?

Obrador inició el ataque acusando de corrupto a Peña Nieto, pues cuando este fue secretario de administración de su tío Arturo Montiel, exgobernador del estado de México, Montiel se enriqueció de manera ilícita. Cuando el candidato puntero estaba a punto de pegar otro golpe mortal, su segundo de la noche, al acusar a Obrador de encubrir a René Bejarano por recibir fajos de dinero, López Obrador reviró con una respuesta brillante: “Ponce, secretario de finanza en el tiempo que fui jefe de gobierno, está en la cárcel, lleva ocho años; Bejarano también fue a la cárcel, y usted, que fue secretario de administración de Montiel, está aquí”.

Obrador volvió a golpear a Peña: “¿cómo va a combatir la pobreza? Le di un dato: 1,200,000 mexiquenses en pobreza extrema. ¿Qué hizo usted?” Peña jamás respondió este cuestionamiento.

Y así se esfumó el debate. Entre una Josefina en declive, un Peña Nieto que salió bien librado, y un Obrador que posiblemente se coloque en segundo lugar en las encuestas.